La economía de la UE sigue creciendo pese al freno del empleo: ¿qué significa para los mercados?

La economía europea avanza con un crecimiento moderado mientras el empleo se desacelera. Analizamos cómo esta divergencia afecta a los mercados.

Redacción otrodiario5 min de lectura
La economía de la UE sigue creciendo pese al freno del empleo: ¿qué significa para los mercados?

La economía de la UE (Unión Europea) encara el otoño de 2025 con un tono más optimista del previsto hace apenas unos meses. Las últimas previsiones publicadas por la Comisión Europea apuntan a un crecimiento que supera las expectativas iniciales, aunque el mercado laboral comienza a mostrar signos de enfriamiento. Este contraste plantea interrogantes relevantes para los inversores y para la evolución de los mercados financieros en los próximos trimestres.

Según el pronóstico económico de otoño, la Comisión Europea proyecta que el PIB de la eurozona crezca un 1,3 % en 2025, superando el 0,9 % contemplado en estimaciones previas. Para la UE en su conjunto, el crecimiento esperado asciende a un 1,4 % tanto en 2025 como en 2026, para luego situarse en un 1,5 % en 2027. Las cifras pueden consultarse en la previsión oficial disponible en la Comisión Europea.

El impulso económico responde a una combinación de factores que actúan al mismo tiempo. Por un lado, las exportaciones han sorprendido al alza durante la primera mitad del año. Por otro, el consumo privado se recupera de manera lenta pero sostenida y se espera que aumente en torno al 1,5 % anual. También la inversión mantiene un crecimiento estable, apoyada en mejores expectativas empresariales y en la relajación de los cuellos de botella que habían marcado años anteriores.

El mercado laboral se desacelera

A pesar del crecimiento económico, el empleo no avanza al mismo ritmo. Durante el primer semestre de 2025 se crearon alrededor de 380.000 nuevos puestos de trabajo en la UE, pero el ritmo de generación de empleo empieza a perder fuerza. La Comisión Europea prevé ahora un incremento del empleo del 0,5 % en 2025 y 2026, que caerá al 0,4 % en 2027. El desempleo, por su parte, descendería ligeramente hasta el 5,8 % en 2027. Estas proyecciones pueden consultarse en Mirage News, que recoge declaraciones y datos oficiales.

La curva laboral sugiere que la creación de empleo pierde impulso incluso en un contexto económico moderadamente expansivo. Esto refleja mejoras de productividad, pero también revela que ciertos sectores están optando por reforzar márgenes y eficiencia antes que ampliar plantilla. Una desaceleración prolongada del empleo podría limitar el crecimiento del consumo y convertirse en un freno para la economía en el medio plazo.

Implicaciones directas para los mercados

La combinación de crecimiento moderado y empleo débil tiene efectos significativos sobre los mercados financieros europeos. En primer lugar, la inflación continúa moviéndose hacia niveles próximos al objetivo del Banco Central Europeo (BCE). La Comisión espera que la inflación de la eurozona se sitúe en torno al 2,1 % en 2025 y al 1,9 % en 2026. Con una presión inflacionaria más controlada, los tipos de interés podrían mantenerse estables, lo que influye directamente en la rentabilidad de los bonos soberanos.

En el mercado bursátil, este escenario tiende a favorecer a empresas con altos niveles de productividad o fuerte presencia exportadora. Las compañías más dependientes del consumo interno podrían enfrentarse a un entorno más complejo si el mercado laboral sigue perdiendo fuerza. Por otra parte, la moderación del crecimiento salarial —que pasaría del 4 % en 2025 al 3,3 % en 2026— reduce la presión sobre los costes laborales unitarios, algo que suele beneficiar a empresas con grandes plantillas.

La heterogeneidad entre países también marcará el comportamiento del mercado. Mientras algunas economías muestran mayor resiliencia, otras podrían enfrentarse a dificultades adicionales relacionadas con niveles más altos de deuda pública o con brechas estructurales en el empleo.

Riesgos que no deben ignorarse

El contexto económico continúa enfrentando varios riesgos relevantes. Las tensiones comerciales y la desaceleración del comercio global podrían impactar en las exportaciones europeas a partir de 2026. Además, el freno del empleo y el crecimiento salarial contenido pueden limitar el avance del consumo privado, uno de los pilares esenciales del crecimiento a largo plazo.

Otro factor clave es la situación fiscal. El déficit público medio de la UE podría situarse en el 3,3 % del PIB en 2025 y en el 3,4 % en 2027, mientras que la deuda pública podría ascender del 82 % en 2024 al 85 % en 2027. Estos niveles recortan el margen de maniobra para aplicar estímulos en caso de un shock económico y aumentan la sensibilidad de los mercados a cualquier cambio en el coste de financiación.

Crecimiento moderado pero estable

En términos generales, la economía de la UE mantiene un crecimiento moderado pero estable, apoyado en las exportaciones y en una mejora gradual del consumo privado. Sin embargo, el enfriamiento del empleo introduce un elemento de incertidumbre que los mercados no están pasando por alto. Los próximos meses serán cruciales para evaluar si esta divergencia se acentúa o si la creación de puestos de trabajo retoma impulso.

La reactivación económica en Europa avanza, pero lo hace con un mercado laboral que pide atención.”

Para los inversores, entender esta dinámica será esencial para navegar un entorno marcado por oportunidades en sectores exportadores y por desafíos derivados de la moderación del consumo y de las tensiones fiscales.